¿Te compraste un PC hace unos años y has notado cómo el equipo en el que invertiste un buen dinero se ha quedado limitado en algunos aspectos? La actualización de algunos de los componentes de nuestro equipo puede resultar muy barata y podremos ganar un rendimiento muy notable.
Los cambios más comunes suelen ser:
- Cambio de disco duro; de HDD (El disco duro giratorio tradicional) por SSD (utiliza memoria no volátil, como la memoria flash) para el S.O. y aplicaciones, dejando el HDD para datos. Así tendrás más rapidez (inicio del S.O., carga de programas…), mayor resistencia y vida útil del dispositivo, menor consumo, menor ruido.
- Ampliación de memoria RAM. Agregar RAM incrementa notablemente el rendimiento tanto para el usuario común como para el que utilice aplicaciones de edición multimedia profesionales o los últimos videojuegos a diario.
- Cambio de tarjeta gráfica (ideal para gamers, aunque suele ser la actualización más cara). No merece la pena comprarse una tarjeta gráfica de última generación para un equipo de hace unos años, pero sí puede resultar interesante buscar una tarjeta gráfica de una generación anterior a la actual. La GPU afecta principalmente a los videojuegos, con lo que si notas que tu ordenador va lento en otros aspectos será mejor atender precisamente a otros componentes.